Concéntrese, pero no lo piense demasiado.
No especule, no haga cálculos probabilísticos ni consulte oráculos.
No se disculpe, que el amor no ofende a nadie.
No deje pasar el tiempo, no ponga excusas, no busque el momento perfecto.
No se declare el fracaso de antemano, ni se pierda en ensoñaciones prematuras.
Sea claro y consecuente, abra su boca y diga: te quiero.
Luego afronte las consecuencias, pero, por el momento, no se olvide de disfrutar la delicada sensación de haber reducido aunque sea un poco la distancia entre su mundo interior y el mundo real.
5 comentarios:
No hay que pensarlo mucho.
Sale, o no sale.
Y despuès, la pelota queda en el campo contrario.
Sin embargo, nunca digo "Te quiero".
Porque puedo querer a un auto, por ejemplo.
Si digo algo, es "Te amo".
Saludos
Es cierto. No hay nada más lindo que sentir ese "te quiero" que se te escapa del cuerpo y dejarlo salir.
Lo importante es poder decir algo, "nadie te recordará por tus pensamientos ocultos", decía Gabo.
Decir te amo sería genial, aunque para eso hay que estar bien plantado y decidido, lo cual es bastante difícil de lograr...
todo es tan precario!
Saludos al gaucho que escribe cosas raras!
Si, Sol, es así! se escapa, tiene voluntad propia...
Se dice o no se dice, corta la bocha (?)
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