viernes, 7 de marzo de 2008

Por más que lo intente...

Por más que lo intente, no puedo tener un blog simpático. Nunca se me ocurren cosas como sacar fotos de mis pies o de la copa del árbol que veo por la ventana de la oficina,

Siempre que empiezo a escribir, se me da por vomitar cosas difíciles, inoportunas, que ni yo misma entiendo...
Mi compañero de laburo habla tan fuerte que tengo la música al mango en mis oídos y todavía lo escucho, qué insoportable! y pensar que tengo que viajar con él a Chile, pesadilla de conversaciones forzadas y diálogos de trabajo super artificiales... este mediodía me escapo, necesito un respiro de esta obligada compañía! Cada tanto se me da por reflexionar qué es lo que me molesta tanto de él: será que es la viva imagen de aquello que yo debería ser? profesional, comprometido con su carrera, con pareja y planes de convivencia, instruido y hábil para el manejo de las relaciones interpersonales...mientras yo no quiero trabajar más, no me importa un rabanito la carrera y el crecimiento profesional, no tengo novio y no sé qué cuernos estoy buscando (aunque alguien que me mantenga no me vendría mal!), tengo la cabeza llena de un revuelto amorfo de música, lecturas, ideas de otros, remordimientos, contradicciones... En fin, quizás envidio esa postura firme y algo solemne frente a la vida, como quien ocupa su lugar y no se dedica a pensar en quién lo puso ahí, si hay otros lugares que ocupar o demás pensamientos infértiles y ociosos. Mientras yo sigo, robando letra a Pessoa, en el desarreglo triste de mis emociones confusas.