viernes, 25 de enero de 2008

Fiona Apple, otra vez

Sí, pensé que me había cansado definitivamente de ella, pero acá está otra vez! con esas canciones que me dejan extasiada, suspendida en un letargo encantador...belleza y furia en estado puro.
En fin, es viernes otra vez y yo escuchando Fiona, que es lo más parecido a haber desayunado con ansiolíticos! Son las 10:20 a.m. y no tengo absolutamente nada para hacer. Ni siquiera se me ocurre algo interesante para decir, así que me limito a sentarme en mi cubículo a escuchar canciones tristes, mientras me siento avergonzada de esta bandera de la incomunicación que planto ante mis compañeros de oficina. Cómo quisiera ser de esas personas que pueden hablar de cualquier nimiedad y entrar en conversación como si realmente les importara lo que están diciendo. Yo me siento totalmente incapaz de hablar de cosas insignificantes (y la verdad es que la mayoria de las cosas me resultan insignificantes), pero la contracara terrible del asunto es que al no tener práctica de conversación me falta coraje para hablar de temas que sí son importantes...así que estoy condenada al mutismo y es un destino muy triste!
Pero ahí está Fiona, es un consuelo...

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jueves, 24 de enero de 2008

Ocio perturbador - Jueves 24/enero/10:21 a.m.

Sigo viva. Enterrada en este cuarto, de 9 a 18, quemando incienso en el altar de los pequeños absurdos. Vueltas y más vueltas en el mismo lugar, sin mover la cola del asiento. Desde una serie de ciencia ficción a la admiración del Japón en un par de clicks y algunas horas de ocio.
Ocio que me trastorna, ocio donde las nimiedades cobran singular peso y se agigantan en mi mente, como cuando era chica y el efecto de la fiebre me hacía imaginar que las cosas a mi alrededor se agrandaban hasta alcanzar dimensiones impensadas.
Ocio que me refriega en la cara que mi vida es una cáscara inútil, que no sé adónde voy, que mi destino está librado a millones de azares, que hay demasiada información y no puedo percibir lo esencial. Ocio perturbador.