jueves, 28 de octubre de 2010

Breves

El cuerpo. Pensar en el cuerpo: con qué alimentarlo, mantenerlo, vestirlo, curarlo, agotarlo, darle placer.
El cuerpo tirano. La mente, esclava.

jueves, 21 de octubre de 2010

Rarezas cotidianas

· Combino involuntariamente las medias con la ropa que llevo puesta (remarco lo involuntario de este proceso, es decir: agarro el primer par de medias que encuentro limpio y siempre resulta que combina con lo que tengo puesto)
· Cada vez que pierdo un colectivo o medio de transporte, empiezo a repasar mentalmente las cosas que podría no haber hecho y que me hubiesen ahorrado los minutos necesarios para llegar a tiempo.
· Me gusta comer los bordes del pan lactal y las galletitas rotas (de hecho, cuando compro un paquete de galletitas, lo trituro primero)
· Desde que vivo sola, usé el microondas dos veces. Y ambas para calentar agua (porque me molesta gastar los fósforos)
· Me molesta gastar los fósforos (culpo de esto a mi madre, quien prefiere dejar encendida la hornalla antes que prender otro fósforo)
· Cada que “voy de shopping” con la intención de comprarme algo de ropa, termino comprando libros.
· Le tengo miedo a las puertas giratorias.

lunes, 18 de octubre de 2010

Inconsciente

Soñé que ascendía una cuesta imposiblemente empinada. Iba en auto con algunas personas que no recuerdo. El auto ascendía lentamente y a veces se detenía en medio del ascenso casi vertical. Entonces pensaba que la caída era indefectible, sentía miedo pero, al mismo tiempo, tenía la certeza de que iba a estar bien, como siempre. Ahora que reflexiono, me doy cuenta de que arrastro en mi inconsciente una idea por demás descabellada: pienso que nada realmente malo puede pasarme porque nada realmente bueno me sucede tampoco. Me sorprende la estupidez de este pensamiento, mucho más evidente al verlo escrito. No quiero ser quejosa o mal agradecida: reconozco que tengo opciones y libertades que muchos no tienen. No estoy enferma, no tengo carencias materiales, no estoy totalmente sola en el mundo. Y sin embargo, hay algo que se me niega, algo que espero hace demasiado tiempo y sigue sin pasar por mí…
Y como creo que el universo es esencialmente justo, siento que estoy a salvo, bajo el amparo de los que no conocen la felicidad ni la desdicha.
Así es que sigo probando mi suerte, caminando sola por calles desiertas, paseando con desconocidos por países desconocidos, subiendo cuestas verticales imaginarias…