jueves, 15 de noviembre de 2018

Invitación


Luego de fallar otra vez con C, me fui a dormir medio borracha y frustrada y soñé que se me caían los dientes. Prolijamente, 5 dientes. Yo estaba en un lugar extraño al que me habían mandado a hacer un trabajo. Habían improvisado un escritorio en una especie de depósito, rodeado de cajas, pero también prolijo en su desorden. Subí algunos pisos para inspeccionar el lugar, todo estaba medianamente ordenado. Luego llegó este hombre con patas de demonio, gruesas como culo de botella, y me preguntó si estaba todo en orden, le respondí profesionalmente que todo me parecía razonable hasta el momento. Me dijo que al último piso sólo accedería a partir de las 10 de la noche y descalza.