miércoles, 3 de marzo de 2010

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Últimamente no tengo nada en la cabeza. Simplemente existo. No sé a qué se debe este renunciamiento, este abandono de la pelea, pero lo cierto es que me observo aferrada a las pequeñas nimiedades de la vida cotidiana sin prestar atención a lo relevante, a lo irresoluble. Siento asco de mi misma, preocupada por el qué comer, dónde ir, qué leer. Ayer me desperté a este pensamiento y quedé sorprendida: ¿adónde se fueron mis pensamientos graves sobre el futuro, el propósito, la trascendencia? No queda sino este empecinamiento en subsistir. La levedad del ser. Un inocente bienestar.

move along, there's nothing left to see, just a body pouring down the street...