domingo, 29 de octubre de 2017

Sueño



Soñé que encontraba un gato gordo en la calle, era realmente peludo y hermoso. Me acerqué y noté que era muy inteligente, parecía cantar. Luego me di cuenta de que de hecho cantaba, pronunciando las palabras humanas un poco torpemente. Desde ese momento quise quedármelo. Lo llevé dentro de una especie de teatro que estaba enfrente y lo alcé, sosteniéndolo como a un niño que no sabe caminar. Lo paseaba orgullosa, lo llevé hasta un lugar donde debía encontrar sus documentos. Él se comportaba como un niño curioso. Sentía una gran satisfacción con mi niño gato. Es la primera vez que experimento algo cercano al deseo de ser madre.

1 comentario:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Que buen sueño.
Y que agradable el gato onírico.