Soñé que era parte de una trama de personajes míticos, con la extraña sensación de que mi historia era el vórtice de una historia universal. Había alguien más, un compañero de aventuras, partícipe del secreto milenario que sólo conocíamos a medias. Recuerdo escenas en que estábamos juntos, mirando con desconfianza a los demás, sabiéndonos cercados por la conspiración. Luego nos separábamos; íbamos en un tren y, al llegar a destino, ya no podía encontrarlo. Alguien me decía que, por alguna calamidad, él había desaparecido, que no debía esperarlo. Yo sabía que esto era parte de la conspiración, yo conocía de a ratos el secreto: las piezas iban a alinearse otra vez, la historia llegaría a buen final. Entonces, la trama comienza a girar sobre sí misma. De repente, miro a mi alrededor y otra parte del secreto se aparece en mi mente con toda claridad: me doy cuenta de que, ante la desaparición de mi partenaire, el destino se había procurado un nuevo representante, en una especie de reencarnación instantánea. Me doy cuenta de que estamos siendo reemplazados, en la búsqueda eterna de la combinación definitiva. Así la historia asegura su supervivencia, reimprimiéndose arbitrariamente en distintos sujetos. Esta vez fue su turno (o quizás fue él quien bajó del tren para cruzarse con otra heroína casual).
Cuando me desperté, pensé inmediatamente en el Mahjong, donde hay muchas piezas iguales, pero sólo ciertas combinaciones liberan el camino hacia el desenlace del juego. Siempre me pregunté si existirá alguna técnica o estrategia para conocer cuáles son las combinaciones acertadas que permiten resolver el rompecabezas hasta el final. O será que todo depende del inescrutable destino?
Cuando me desperté, pensé inmediatamente en el Mahjong, donde hay muchas piezas iguales, pero sólo ciertas combinaciones liberan el camino hacia el desenlace del juego. Siempre me pregunté si existirá alguna técnica o estrategia para conocer cuáles son las combinaciones acertadas que permiten resolver el rompecabezas hasta el final. O será que todo depende del inescrutable destino?
5 comentarios:
Eso me suena a un sueño en la siesta.
Yo soñé alguna vez que estaba en El Cubo...y ganaba.
por qué será que uno sueña más lúcido en la siesta? no sé...
Creo que uno es el que crea y luego comienza a armar el rompecabezas, sólo que a veces perdemos algunas piezas...
¡Abrazo!
¡Muy buena imagen la del Mahjong! A veces la pieza está ahí nomás, pero como está de reverso no la ves bien ;)
siempre la pregunta retórica del final es garpadora :)
Creo q son los vientos quienes deciden nuestra suerte
Salud y buen inicio
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