domingo, 21 de junio de 2009

Lazos de familia


Somos gente tan gris. Nos falta sangre, ruido, voluptuosidad. Siempre tan llenos de reproches silentes, midiéndonos, controlándonos, viendo el propio prejuicio reflejado en la mirada del otro. Frío, palabras demoradas, deseos insatisfechos por todas partes, decoro y ataduras. Cuanta basura, qué falta de respeto a la vida. Ciertamente, no somos lo que soñaba la madre naturaleza al ponernos amablemente sobre la tierra (guiño a Dostoievski). Lo peor es que no hay escapatoria: siempre seré la hija, ellos siempre serán los padres.

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