viernes, 13 de febrero de 2009

Mañana robada



Hoy disfruté una mañana robada a la monotonía de mis días de oficina. Ayer casi me costó dormirme pensando en todas las cosas que tenía ganas de hacer en un día sin obligaciones, sin rutina, un día fuera del tiempo. Para sumarle emoción o alguna especie de goce secreto, no le dije a nadie que no iba a trabajar, con lo cual salí de mi casa al horario habitual, siguiendo la rutina de siempre, sólo que en vez de ir a la oficina, fui al río. Me acomodé en el pasto, con mi música y mis libros. Sol, suave viento, Nick Drake, pequeño paraíso. Nadie lo sabrá.

1 comentario:

Cassandra Cross dijo...

Buenas, paso a visitarte desde Esquizo. El blog me parece muy bello... y este post me movió viejas alegrías secretas. Gracias!