martes, 9 de diciembre de 2008

Sensaciones de feriado

Ayer fue uno de esos días claros en que me siento libre (en el sentido más existencialista de la palabra) y sé que puedo hacer lo que quiera. Entonces, me permito pasar el día sentada en el piso, fumando, leyendo, andando descalza, escuchando Juana Molina, viendo la tormenta que se avecina. Pero (y siempre hay un pero), la sensación de plenitud, que es como una musa tímida que me visita muy de vez en cuando, da lugar a los fantasmas de siempre, la duda, el desasosiego (pienso: ¿por qué tengo que experimentar todo eso, sola? dónde está mi testigo?, y muchos otros pensamientos que no vale la pena mencionar).
Entonces, ya de vuelta en el reino de la incertidumbre, se me ocurre hojear el libro interminable, y a Dios gracias por eso, de Pessoa y leo: "Si yo fuera otro, se me ocurre, éste sería para mí un día feliz, pues lo sentiría sin pensar en él".
Eureka,

2 comentarios:

Nina Regina dijo...

Levanto la cabeza de encima del papel en que escribo... Es pronto todavía.
Apenas ha pasado el mediodía y es domingo. El mal de la vida, la enfermedad de ser consciente, entra en mi propio cuerpo y me perturba. ¡No haber islas para los
incómodos, alamedas vetustas, inencontrables por otros, para los aislados en el soñar! ¡Tener que vivir y, por poco que sea, que hacer cosas; tener que rozarse con
el hecho de que haya otra gente, también real, en la vida! Tener que estar aquí escribiendo esto, por serme preciso para el alma el hacerlo, e, /incluso esto/, no
poder soñarlo apenas, expresarlo sin palabras, hasta sin conciencia, mediante una construcción de mí mismo en música y desvanecimiento, de modo que me subiesen las lágrimas a los ojos sólo de sentirme expresarme, y yo floreciese, como un río encantado, por lentos declives de mí mismo, cada vez más hacia lo inconsciente y lo Distante, sin sentido ninguno excepto /Dios/.
[Pessoa]

Hermana Piris dijo...

Un testigo que atrape tiempos. Que eternice momentos. Que nos recuerde cómo fuimos cuando ya no somos lo que éramos, un testigo al que podamos recurrir cuando no sabemos "para qué" cuando no sabemos "por qué" o "adonde".
Te mando un beso,
Hermana Piris.