lunes, 16 de enero de 2012

Zombie

De todas las personas que me han ofrecido amor en estos años, a ninguna pude corresponder.
¡Cómo quisiera amar a alquien que me ama!, ahora mismo, en este preciso instante. Quisiera salir de mi casa, corriendo a su encuentro y decirle: "Si me amás, yo te amo". Olvidar a la vieja Penélope, siempre pendiente de ensueños lejanos e imposibles. Imposibles porque están fuera de la lógica del discurso, y estas letras perdidas nunca podrían tocarlos.
Quisera dejar toda la conciencia atrás. Para eso, antes de abrir la puerta de mi casa, dejaría mi cerebro en la heladera, cómodamente alojado en el cajón de las frutas, y así me iría, como zombie, a buscarte. Y te diría: "Si me amás, yo te amo". Y se me caerían algunas lágrimas pesadas, porque el corazón también llora y así se purifica.
Quizás no sea tan mala vida, esto de andar descerebrada. Podría alguna vez, abrir la heladera y gritarle a todos mis amores imaginarios, que se pudran!. A todos mis miedos, que se pudran. A todas las obligaciones, a la música y a la poesía, que se pudran en el cajón, junto a las mandarinas que se achicharan por la desidia.
Pero olvido que entonces tampoco podría recurrir al lenguaje. Ni a los recuerdos. Una vez que salga de mi casa, ya no recordaré adonde vivo, quiénes son mis padres ni cuándo vencen las expensas. Pero tendría un amor. Porque para amar sólo hace falta un cuerpo.

2 comentarios:

Doctor Kaos dijo...

Me está pasando seguido. Lo que escribís me duele.

Gracias.

Nina Regina dijo...

¿qué nos pasa? espero ansiosa por el apocalipsis zombie